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Gestión estratégica como motor de la Industria 4.0 Por años, la imagen más difundida de la llamada Cuarta Revolución Industrial se ha asociado con plantas automatizadas, robots articulados y líneas de producción donde la presencia humana es mínima, pero ese espectáculo tecnológico no siempre se traduce en beneficios tangibles para las empresas.

De acuerdo con investigaciones globales, alrededor del 70% de los proyectos de Industria 4.0 fracasan o se quedan estancados en fase piloto.

El motivo no suele ser la falta de tecnología, pues las organizaciones identifican con claridad las innovaciones que necesitan —desde inteligencia artificial e internet de las cosas hasta nube, robótica o analítica avanzada.

El problema es más profundo: una visión limitada de lo que realmente implica Industria 4.0.

Más allá del piso de producción

En un artículo compartido por Rodrigo Mondragón, director de Industria y Consumo en Minsait (Indra Group México), explica que el éxito de la digitalización industrial no depende de acumular tecnologías en el piso de producción, sino de gestionar estratégicamente su integración.

La colaboración entre sistemas, la alineación con la visión corporativa y la capacidad de traducir datos en decisiones son elementos que marcan la diferencia.

El directivo detalla que una plataforma de gestión avanzada permite:

  • Asegurar la calidad y seguridad de los datos, un aspecto crucial si se considera que el sector industrial global recibe en promedio 1,312 ciberataques por semana.
  • Vincular procesos de manufactura con KPIs de negocio, evitando inversiones sin retorno comprobable.
  • Enriquecer la capacidad de reacción, mediante análisis de contexto como tendencias de consumo o cambios regulatorios.
  • Extender la innovación a toda la cadena de valor, abriendo paso a conceptos como Supply Chain 4.0 o Logistics 4.0.

El experto de Minsait enfatiza que el verdadero impacto de la Industria 4.0 surge cuando se integra en un marco más amplio que trasciende a la fábrica: incorpora datos del entorno macroeconómico, planes corporativos, hábitos de consumo y dinámicas de la cadena de suministro

Sin esta mirada sistémica, la automatización queda reducida a un espectáculo tecnológico sin retorno claro.

Un punto interesante de su reflexión es que esta gestión estratégica no necesariamente implica grandes gastos en infraestructura. La adopción de soluciones en la nube permite a las empresas acceder a herramientas especializadas de administración y análisis sin inversiones adicionales en hardware o software.

Un reto y una oportunidad

La tesis de Mondragón invita a repensar la narrativa sobre Industria 4.0 en México y el mundo. La verdadera innovación no radica en reemplazar operarios por máquinas, sino en orquestar tecnologías, datos y estrategias para generar valor empresarial.

En un mercado que, según estimaciones globales, crecerá de 116 mil millones de dólares en 2025 a 421 mil millones en 2033, con una tasa anual de 17.4%, las empresas mexicanas tienen ante sí un reto urgente: dejar de ver la transformación digital como un despliegue de gadgets industriales y empezar a gestionarla como una estrategia integral de negocio.

 

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